El comisionado de Miami Beach tomó una serie de medidas de seguridad para prevenir hechos lamentables en la ciudad durante el Spring Break o vacaciones de primaveras. El objetivo fundamental es aumentar la cantidad de policías para evitar que la violencia se apodere de las calles como sucedió el pasado año.
Las medidas se dirigen fundamentalmente a los dos fines de semanas más peligrosos del mes de marzo, del 8 al 10 y del 15 al 17. Los requerimientos buscan limitar la mayor cantidad de jóvenes en el distrito para evitar escenas de violencia. La presencia policial adicional será de gran importancia, se establecerán puntos de chequeo de placas en los viaductos de acceso a la playa y puntos de control DUI.
Alex Fernández comisionado de Miami Beach dió luz verde a la administradora de la ciudad para que de toque de queda si fuera necesario. “Le hemos dado autoridad a la administradora de la ciudad para que ordene un toque de queda si fuese necesario y el cierre más temprano de los negocios si eso fue requerido”, detalló Alex.
Dijo además que no tolerarán el desorden en la ciudad: “No queremos el Spring Break aquí y es importante que sepan que no podrán venir a nuestra ciudad para generar este desorden”, enfatiza Fernández. Además de estas medidas se implementarán otras previas como el cierre del acceso a las playas entre las calles 5 y 15 a las 6:00 pm hora local, así como el cierre de garajes públicos en ese perímetro y en las avenidas Collins y Washington.
El alcalde de Miami Beach por su parte agregó que es necesario para evitar situaciones en pocos días que puedan afectar negocios después por todo el año. Ron De Santis, gobernador de Florida comunicó que existen los recursos necesarios para apoyar a las jurisdicciones involucradas.
En otras ocasiones los hechos de violencia en la ciudad fueron desagradables, con escenas de puro terror que desmoralizan el prestigio de la zona de entretenimiento. Durante tres años consecutivos los hechos violentos durante el receso primaveral, incluidos tiroteos fatales han tenido lugar en Miami Beach. Todo esto ante la presencia de las autoridades y de la oferta de actividades alternas al consumo del alcohol y los paseos sin rumbo.