El presidente Javier Milei intensifica su batalla contra el Poder Judicial, amenazando con nombrar por decreto a dos nuevos jueces de la Corte Suprema. En medio de una crisis política y económica, Milei busca consolidar su poder y control sobre las instituciones argentinas.
Su objetivo es instalar a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla en la Corte Suprema, pese a la oposición del Senado. Lijo, juez federal en activo, enfrenta más de 30 denuncias por mal desempeño, generando preocupación sobre la independencia del Poder Judicial.
García Mansilla, académico ultraconservador, se alinea con la “guerra cultural” de Milei. Su nombramiento podría alterar el equilibrio ideológico de la Corte. La Corte Suprema respondió con un reglamento de emergencia para mantener su autonomía.
El juez Ricardo Lorenzetti, apadrinado de Lijo, se opone a la medida. El juez saliente Juan Carlos Maqueda criticó a Milei en su discurso de despedida, advirtiendo que la democracia está en riesgo debido a la concentración de poder.
El conflicto entre Milei y la Corte Suprema puede debilitar la independencia del Poder Judicial, polarizar aún más la sociedad argentina y afectar la estabilidad institucional. La crisis política y judicial en Argentina sigue evolucionando.
La reacción de la sociedad y las instituciones será crucial en los próximos días. Se espera una respuesta firme de la oposición y organizaciones de derechos humanos. El futuro de la democracia argentina está en juego.