Cristina Kirchner, presidenta del Partido Justicialista, ha iniciado una nueva etapa en su carrera política, enfocada en ejercer la jefatura del peronismo y convertirse en la principal opositora al gobierno de Javier Milei.
Según fuentes cercanas a la ex presidenta, su objetivo es consolidar su influencia en la provincia de Buenos Aires y preparar el terreno para una posible candidatura a diputada en 2025 y, eventualmente, a la presidencia en 2027.
En este sentido, Cristina Kirchner ha aumentado la presión sobre el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, a quien no considera un par en la mesa política. Su idea es que la elección en la provincia se realice en la misma fecha que la nacional y con el esquema de primarias, lo que considera que favorecerá su postulación.
La relación entre Cristina Kirchner y Kicillof ha llegado a un punto de no retorno, y el kirchnerismo cree que ha logrado torcerle el brazo a Milei en el caso de la expulsión del senador Edgardo Kueider.
Aunque Cristina Kirchner ha logrado algunos éxitos políticos, su imagen ha sido desgastada por la confirmación de su condena y la cruzada para echar a Kueider. Su conexión directa con la sociedad parece haberse desenchufado, y su vínculo sui generis ahora parece ser potestad del Presidente.
En cuanto a la negociación política a nivel nacional, es poco probable que se llegue a un acuerdo armonioso. El gobierno de Milei parece estar blindado por los resultados de la gestión económica, y la lucha por la banca del senador Kueider puede leerse como la necesidad de no perder más votos.
En resumen, Cristina Kirchner ha iniciado una nueva etapa en su carrera política, enfocada en consolidar su influencia en la provincia de Buenos Aires y preparar el terreno para una posible candidatura a diputada y, eventualmente, a la presidencia. Sin embargo, su imagen ha sido desgastada y su conexión directa con la sociedad parece haberse desenchufado.